MONTERREY.— La tradición circense por excelencia llegó a la ciudad: la Compañía Atayde Hermanos comenzó una corta temporada en la Arena Monterrey con el espectáculo Ventura.El recinto lució muy ad hoc para el evento, pues acondicionó una pequeña carpa para dar ese toque de circo, y qué decir de la pista, la cual tuvo el tradicional redondel con alfombra roja y por un lado una pantalla gigante con el nombre del show, sin olvidar tres cúpulas gigantes de lona.La función de apertura estaba programada a las 20:00 horas, pero quienes llegaron temprano pudieron bajar a la pista e interactuar con algunos de los artistas durante el llamado Pre Show, en el que el público pudo tomarse fotos con los llamativos vestuarios, jugar en la pista y hasta participar por un premio.En punto de las 20:07 horas la función comenzó y fueron los payasos quienes arrancaron el show. Utilizando un globo con las iniciales T.N.T. (dinamita) fue como estos simpáticos personajes se hicieron amigos de los niños y los adultos, quienes no pararon de reír con sus ocurrencias. Ellos aparecieron durante toda la función entre diferentes actos e inclusive fueron los encargados de tener la mayor interacción con el público, con quienes se divirtieron a lo grande.Por los airesEl inicio, intermedio y final del espectáculo estuvo protagonizado por John Nock, un suizo que se acompaña de su familia y que verdaderamente dejó a los asistentes boquiabiertos con sus actos con los que desafía a la gravedad.En su primer número utiliza una motocicleta que está sujeta a un cable, con ella logra un giro de 360 grados, sorprendiendo a todos.Previo al intermedio volvió a sorprender, con el péndulo de la muerte, donde a varios metros del suelo, volvió a desafiar a la gravedad, esta vez brincando una cuerda en movimiento.Para finalizar el espectáculo volvió a hacer de las suyas: acompañado por una joven, subió a un mástil y ya en las alturas se colgó primero de una mano, después de un pie y al finalizar cambió de mástil con su compañera.

Las acrobaciasDesde Argentina llegó un grupo de jóvenes que apoyó su acto con dos camas elásticas y una jaula gigante de hierro. Posteriormente, desde Rusia, aparecía la llamada “dama de los aires”, quien colgada en el centro de la pista hizo diferentes piruetas con un toque de elegancia.El clásico número del trapecio estuvo a cargo de un grupo de estadounidenses. Increíbles saltos en el aire, así como marometas, fue lo que se apreció en este acto.La magia estuvo presente con el brasileño Eriko Trevensoli, quien en más de una ocasión sorprendió al aparecer a más de una chica.La familia Atayde se hace presente en los escenarios. La primera es Ingrid, quien, apegada a la ley de no utilizar animales reales en los espectáculos circenses, cambió su show por unos corceles inflables en color blanco, un acto muy nostálgico y sobre todo llamativo.El más pequeño de la dinastía, Alexis Atayde, también hizo presencia sobre la pista y, a sus 16 años, presentó a las estrellas del circo: un gran "elefante" y Ventura, uno más pequeño, al igual interpretado por una persona.La tradición y la nueva faceta del circo se fusionan en esta nueva aventura hecha espectáculo.