La contrataron como niñera pero la asesinaron sin piedad

Sophie Lionnet era una joven francesa de 20 años que quería aprender inglés y viajar por el mundo, así que se mudó a Gran Bretaña para trabajar como ‘babysitter’.Fue contratada por un matrimonio joven, rico y glamouroso, el cuál residía en un excelente barrio londinense. Nunca se le habría ocurrido que con ellos viviera la peor de las torturas hasta llevarla a su muerte.Su oportunidad laborar consistía en cuidar a dos chicos de una familia de alto poder adquisitivo de la ciudad de Londres. La pareja, padres de los menores, era de nacionalidad francesa y origen argentino.  Sabrina Kouinder de 35 años se dedicaba al ‘Make Up Artist’, compositora y diseñadora de moda. Ouissem Medouni tenía 40 años, se había recibido de la Universidad de París y se desempeñaba como analista financiero de un banco.La situación en la casa de sus nuevo ‘jefes’ inicialmente fue encantadora. Vivían en una casa de ensueño, ella era una mujer alegre y sobresaliente, mientras su esposo era alguien más tranquilo y sumiso.

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Pero en cuestión de días la estabilidad terminó. Sabrina no era la buena mujer que se pensaba. Sus ex parejas hablaban de una inestabilidad mental, cambios de humor constantes y sin explicación.Durante 14 meses, Sophie viviría el sufrimiento con la familia quien poco a poco fue sometiéndola.Primero fueron gritos por pequeñas cosas como un vaso todo, por no tener el desayuno listo a tiempo o por demorar más tiempo de lo esperado para preparar la cena. Después iniciaron acusaciones más fuertes: robos de alhajas. Lo que Sabrina no encontraba, ella lo había robado.La violencia subió de todo, comenzaron a haber golpes y jalones de cabellos; además de dejarla sin comer, la chica perdía peso semana con semana. Debido a su personalidad, Sophie no reaccionó a los ataques, simplemente lloraba en su cuarto. Además Sabrina le habría quitado su pasaporte, negándole la posibilidad de salir de ese infierno.

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Pese a haber intentado huir de su cruel trabajo, los intentos fueron en vano. Contó su caso a un empleado de fast food sobre lo ocurrido y no la ayudó en nada. Otra ocasión intentó fugarse pero Sabrina la siguió y le armó un escándalo dejándola ver como una desagradecida.La joven no contaba con el dinero suficiente la regresar a su natal Francia, además de no tener en su poder su pasaporte para poder viajar. Desafortunadamente no tendría más tiempo para planear su escape pues llegaría su horrible final.Una tarde de miércoles, en el jardín de la pareja Medouni-Kouider expedía un extraño olor y humo procedente de una fogata que se presenciaba en la casa. Los vecinos preguntaron sobre la olorosa humarada: Ouissem aseguró se trataba de un cordero que estaba quemando.Ante terrible explicación los vecinos no dudaron en llamar a los bomberos quienes arribarían al domicilio en compañía de los policías para encontrarse con toda la verdad.

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Extinguieron el fuego y examinaron los restos remanentes en la fogata del jardín. A simple vista se podía observar ropa, cordero, pollo; pero le pareció ver una nariz y unos dedos. Le preguntó intrigado a Medouni de qué se trataba eso. El dueño de casa le contestó que era “la carcasa de una oveja”. Siguió mirando con cuidado y descubrió unos anteojos derretidos. Además, los restos de cordero y de pollo no podían disimular el penetrante olor a carne humana.Sabrina y Ouissem fueron detenidos, pero los sucesos de la muerte de la joven aún no estaban esclarecidos. Fue hasta el juicio donde ante el jurado se reprodujeron más de 8:30 horas de escalofriantes videos recuperados de los celulares de los acusados.

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El asesinato de Sophie había sido grabado por sus propios autores. La golpean en las piernas con un cable eléctrico; le tiran del pelo; la patean con fuerza en el pecho; le arrancan más mechones de cabello; le gritan barbaridades; le hacen escribir páginas y páginas con sus delirios; le vuelven a pegar quebrándole más huesos; la arrastran dentro del baño; la meten dentro de una bañadera llena de agua; le hunden la cabeza; le chillan que es una puta; le ponen una toalla con agua en la boca...Sabrina padecía, según estudios médicos, un desorden de la personalidad y depresión, pero eso no la eximía de culpa alguna ya que diferenciaba perfectamente lo que estaba bien de lo que estaba mal.

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Sabrina Kouider y Ouissem Medouni, fueron sentenciados a cadena perpetua. Deberán pasar al menos 30 años tras las rejas.Con información de InfobaeEM