Después de 180 minutos de fútbol, Rayados logró coronarse en su casa venciendo a Tigres, el rival que hace casi un año y medio tanto daño les había causado, y debe decirse que en todo momento fue el equipo de Diego Alonso quien mereció el triunfo, y afortunadamente para ellos llegó con la pelota quieta: un remate de cabeza y un penal.Las claves del triunfoMucha gente podrá decir que el equipo tuvo suerte al encontrar los goles en acciones a balón parado, pero nada más equivocado, porque este equipo está en una constante búsqueda de esas oportunidades y no las desaprovechó. Plan de juego: lo que propuso Diego Alonso salió a la medida, y para eso son fundamentales dos aspectos: saber qué es lo que hace el rival y tener bien claro qué es lo que tu equipo puede hacer, no se puede pretender que realicen acciones que desconocen o que ni siquiera han practicado, para esta serie estuvo muy claro que buscaron la presión y lograron hacerlo de muy buena forma. Constantemente incomodaban a Tigres en secuencias de pase que para otros partidos son rutina, y no se trata solo de la famosa “presión alta”, sería más preciso llamarla “presión medida”, porque sí había momentos donde presionaban a los centrales, pero en ocasiones dejaban avanzar a los laterales, contenciones o incluso centrales, y en algún momento achicaban para tratar de recuperar con la intención de iniciar un contragolpe tras el desacomodo de Tigres, otro punto clave, sobretodo de los segundos tiempos es que hacían a los extremos de Tigres bajar demasiado, estar muy cerca del lateral, lo cual anula muchos metros y les iba quitando peligro. La forma de defender: para este caso lo más conveniente es separar la presión de la defensa, aunque ambas son acciones de recuperación es preferible verlo como aspectos diferentes.Alonso hizo una buena elección de sus 4 hombres en primera línea: laterales que tienen buena subida y decente finalización de su jugada, ya sea con tiro, pase o centro, y ni qué decir de los centrales que durante una gran parte de la serie se comieron a los delanteros felinos.El juego aéreo fue fundamental, porque hay que recordar que hubo momentos donde Tigres perdió la brújula y comenzó a tirar la pelota larga, ahí era prácticamente incompetente con lo hecho en el cuadro bajo rayado, tanto por dentro como por los costados. Jesús Gallardo es de los laterales que mejor juego aéreo tienen en el fútbol mexicano, y se notó de excelente forma.A veces hay equipos que parecen tener miedo a defender, situación que llega a estar ligada al nivel o desconfianza del equipo en su primer línea, pero con Monterrey ocurre todo lo contrario, cada jugador confía en su compañero. Contenciones: no hay “pero” que quepa en la actuación de Celso Ortíz y Carlos Rodríguez, estuvieron bastante precisos durante los 180 minutos. No les ganaron la espalda, no perdieron la posición por ir desbocados hacia adelante, en todo momento compitieron de buena forma en el juego aéreo.Celso suele tener partidos discretos y no significa que sea un mal trabajo, sino que simplemente no atrae reflectores, pero Carlos Rodríguez no, casi siempre se habla bien de él por pases entre líneas, asistencias, recuperaciones magistrales, pero en esta ocasión destacado su presión, la forma de morder al rival, y sobretodo su juego sin balón para cortar líneas de pase. Individualidades: ya se habló mucho de aspectos colectivos que dieron este campeonato, pero sin técnica no hay táctica. El momento por el que pasan varios jugadores de Rayados es elevado, no sé si tenga que ver con una cuestión del entrenador, de la preparación física o meramente motivacional por el momento que se vive.Marcelo Barovero dio todo el empuje que necesitaba el equipo cuando le ataja el cabezazo a Gignac, Stefan medina tuvo una actuación de 10 puntos, Nico Sánchez dio los goles para el campeonato, Miguel Layún si cometió errores evidentes, pero no dejó de luchar, Gallardo fue pocas veces superado en el mano a mano terrestre y aéreo, de Celso y Rodríguez ya se precisó, Avilés Hurtado no tuvo una participación notable pero fue parte importante de la presión, Pabón apoyó a su lateral, a los centrocampistas, condujo contragolpes, Funes Mori bajó todo lo que pudo y presionó hasta el último momento, y qué decir de Rodolfo Pizarro que se notaba cuánto se divertía dando pases sin ver, pisando la pelota, habilitando compañeros e incluso por el atrevimiento a enamorar a él le marcan el penal. Merecer y obtenerLo que intentamos no siempre terminamos por conseguirlo, y se dice “el fútbol no es de merecer”, “esto se gana con goles”, y Rayados mereció y metió los goles. No hay forma válida de demeritar lo conseguido por Monterrey que por cuarta vez representará a México en un Mundial de Clubes.Tigres:Los años 2016, 2017, 2018 y 2019 quedarán marcados como fracasos internacionales en la historia del Club Tigres, ya son 3 finales perdidas de CONCACAF y una donde se quedaron en cuartos de final porque ni siquiera en esa instancia pudieron competir de buena forma.No debe haber ningún miedo en decir que lo que sucede con Tigres es un rotundo fracaso, estaba clara que la prioridad este torneo era el torneo internacional y otra vez se quedaron en la orilla, nadie puede dudar que lucharon hasta el final, pero evidentemente no bastó para derrotar a un pletórico Rayados.Las claves de la derrotaEstá claro que Monterrey planeó y hizo un gran partido, pero ¿era realmente para que Tigres se quede inoperante una buena parte de la serie? Balón parado: cualquiera que tenga conocimiento de las vías de gol que tiene Rayados sabía que en algún momento Nico Sánchez iba a rematar un tiro de esquina, que al menos lo iban a buscar a él, cualquiera podía saberlo, pero parece que la planeación de Ferretti no le dio la importancia necesaria a esto: se necesitaba una marca específica no sólo al hombre, sino también a las zonas donde Sánchez suele moverse, había que anticipar el espacio más que competir mano a mano con Nicolás.¿Cuántas eliminatorias o finales ha perdido Tigres por el balón parado? Incluso partidos de temporada regular, es impresionante la gran debilidad que cualquiera puede aprovechar. Malas decisiones iniciales: en la ida fue Salcedo de lateral izquierdo, en la vuelta utilizar a Damm. Puedo entender que la idea con Jürgen y Luis por los costados tenían como intención que se intercambiaran de banda, tal como ocurrió en el partido de temporada regular entre Julián y Luis, pero evidentemente salió mal. No había espacio para grises, era que saliera muy mal o muy bien, y la idea de Damm fracasó.La situación de no iniciar con Gignac al menos tiene lógica: estuvo 49 días sin jugar y apenas sumaba 180 minutos en liga, cuando se le cuestionó esto a Ferretti dijo que fue por motivos tácticos, pero eso nunca apareció en el partido: Valencia aislado, Vargas se perdía entre rivales y jamás pudo crear algo decente. ¿No hay de otra?: durante este semestre ha sido bueno ver a Tigres con la capacidad de hacer ataques posicionales bien organizados, pero cuando es necesario tiran la pelota larga, conduce, encaran, amagan, pero en esta serie ante Rayados nunca logró imponer una forma de ataque, sufrió cada que tenía la pelota para ir al frente, tiró pelotazos sin sentido, ponía a competir tontamente 3 vs 1 a sus delanteros, parecía que el equipo esperaba inspiración y empuje por la ausencia de aspectos tácticos que aclaren el panorama.Me parece increíble que después de tantos años, de tantos partidos, Ricardo Ferretti aún no tenga suficientes ideas para abrir equipos que se encierran. Durante gran parte del segundo tiempo mucha gente pensaba “¡Que la tiren al área!”, pero no tenía sentido porque estaba sobrepoblada, y si intentaban llegar con balón controlado salía Rayados a presionar, fue un fiasco de ataque. Mal momento: no cabe duda que Guzmán ha sido el mejor jugador del semestre, y cuando tuvo que hacerlo apareció, pero ¿qué pasó con el resto de jugadores? Chaka parecía que jugaba a un ritmo menor, Ayala se notaba desesperado por los errores infantiles de Salcedo, Dueñas también estuvo en buena forma, Pizarro pudo aportar muy poco, Carioca durante todo el juego se notaba enojado o preocupado, Damm hizo una jugada decente y desapareció, Luis se preocupaba más por otras cosas como lamentarse o reclamar que por jugar, Vargas fue un fantasma, Valencia jamás pudo desmarcarse como un jugador de su talla debe hacerlo.Debo señalar que los tres cambios aportaron: Aquino entró y refrescó el juego por izquierda, Gignac tuvo dos oportunidades de remate, y otras más donde la pelota le quedó alta, y Zelarayán entró meramente para intentar encontrar un espacio, lo hizo pero le taparon el tiro. ConsecuenciasLa institución no se puede quedar con los brazos cruzados ni diciendo “ganamos la liga en 2017”, eso hay que dejárselo a los aficionados. Se tiene que analizar, ver qué falló, qué faltó, repartir responsabilidades y tomar decisiones. Ya fueron bastantes intentos.