El llanto de Mohamed: el título de Rayados fue una dedicatoria a su hijo fallecido

El silbatazo final en el estadio Azteca que decretó el quinto título de Liga de Rayados y el primero bajo el mando de Antonio Mohamed, tuvo un significado especial para el timonel argentino que no tuvieron los campeonatos conseguidos anteriormente con las mismas Águilas y Xolos. La figura del timonel en la banca en medio de un mar de lágrimas, dejaba ver su emoción por haber logrado el objetivo.Por fin el Turco pudo cumplir con la promesa realizada a su hijo Faryd, fallecido en Alemania en el 2006 en un accidente automovilístico, de que algún día lograría un campeonato de Liga con Monterrey, equipo al que era fanático el pequeño de nueve años.Las Finales que el Monterrey había perdido contra Pachuca y Tigres, no solo dejaron un sabor amargo y frustración entre la afición albiazul, también el Turco tenía una cuenta pendiente por saldar con su hijo que era fiel seguidor de la Pandilla y que incluso llegó a vestir la botarga del conocido personaje de una panificadora que patrocinaba al equipo. “Mi hijo (Faryd) nació en México, era fiel a la mascota del equipo y todas las fotos que tengo de él son con la mascota saliendo con el Monterrey. Tengo recuerdos muy grandes de lo que es Monterrey”, expresó Mohamed en una entrevista previa.Fue en su segunda etapa como DT de Rayados que Mohamed pudo cumplir su cometido, quien en cada partido coloca a su lado un rosario que representa el tener presente a Faryd a su lado en la banca, pues en su etapa como jugador vivió tiempos difíciles con los albiazules, con un equipo lleno de deudas, problemas legales y pobres resultados deportivos. Durante su primer era al frente del equipo del Cerro de la Silla, que fue del C2015 al C2018, Mohamed se quedó en dos ocasiones a punto de cumplir esa promesa, pero Pachuca los frustró en el C2016 y el equipo de la UANL hizo lo propio en el A2017, disputando en ambas ocasiones el juego definitivo en el Gigante de Acero, pero que ahora pudo cumplir como visitante en un inmejorable escenario como lo es el Azteca.