A 17 años del primer Clásico Regio en Liguilla

Si bien ya se han jugado finales regias, hoy se cumplen 17 años del primer clásico en Liguilla, un duelo que siempre será recordado pues fue una verdadera humillación para los dirigidos por Ricardo Ferretti.No sólo eso, pues incluso costó la salida del bigotón del banquillo de Tigres, en su primera etapa como estratega auriazul. La ida se jugó en el Volcán Universitario, la instancia fue las semifinales del Clausura 2003. En el frente estaba Daniel Pasarella que será recordará toda la vida por el gesto de los cuatro goles marcados en aquella tarde.Miércoles 4 de junio del 2003 fue el día en que el derbi más pasional de México tuvo la primera edición en la fiesta grande del futbol mexicano y fueron los Rayados que se llevaron la alegría comenzando con una paternidad que se mantuvo por al menos tres clásicos más. Los felinos fueron los que abrieron el marcador, comenzaron ganando con gol de Kleber que a la postre sería recordado como el que falló el penal en los minutos finales. El empate fue obra de Guille Franco, el delantero jugó un partidazo marcó el empate, pero también puso en ventaja  al equipo al marcar el 2-1.Pero no sólo anotó sino que también asistió en aquella  noche tras un recorrido que comenzó cerca del área grande, en una contra fulminante, en el que Guille cedió para Jesús ‘Cabrito’ Arellano y este de pierna derecha mató la llave y la clasificación enviando la redonda al fondo de la red.La historia no acabó ahí, pues un error garrafal en la salida de Óscar Dautt que titubeo ante Omar Avilán significó el 4 – 1 a favor del Monterrey. Don Robert lo narró en aquella instancia de manera categórica describiendo “Ese gol es de Dautt, no del Monterrey, este gol es de Dautt, una pelota tocada infantilmente y Dautt prácticamente entrega y le pone el clavo final a esta caja final de los Tigres…”El Monterrey perdió en la vuelta, pero avanzó y a la postre fue campeón ante Morelia, lo cierto es que con el paso del tiempo vendrían las revanchas felina, no sin antes caer en un paternidad absoluta que comenzó aquel 4  de junio del 2003 y que será recordado por siempre.