Un día como hoy pero de 1984, debutó en la NBA con los Toros de Chicago un joven escolta que portaba el ‘23’ en su dorsal y de nombre Michael Jordan. En un partido en el que su equipo enfrentó a la quinteta de Washington y el triunfo fue para los bureles 109-93, con un aporte de 16 puntos, 6 rebotes, 7 asistencias, 4 bloqueos y 2 robos por parte del novato proveniente de la Universidad de Carolina del Norte. Fue la elección número tres de la primera ronda en el draft de la NBA, después de que Houston eligió a Hakeem y Portland eligió a Sam Bowie, Chicago fue por ese joven de 21 años que desde su primera temporada impresionó al terminar promediando 28.2 puntos por partido y con un porcentaje del 51.5 por ciento en sus tiros de campo, siendo elegido el novato del año.Esa tarde de otoño del 26 de octubre de 1984, todos los asistentes al partido entre Washington y Chicago estaban siendo testigos del nacimiento de una de las más grandes leyendas del baloncesto mundial, considerado incluso por mucho como el mejor basquetbolista de la historia. 

Michael Jordan forjó una carrera de ensueño, llevó de la mano a una mediocre franquicia de Chicago a dominar la década de los noventas con seis títulos de la NBA, divididos en dos tricampeonatos. El primero que comprendió de 1991-1993 y el segundo de 1996-1998, siendo nombrado en las seis ocasiones el MVP de las finales.Su carrera fue interrumpida dos años por el trágico asesinato de su padre James Jordan en 1993, por un par de jóvenes que le robaron el auto de lujo que el mismo jugador de los Toros le había regalado, y hasta hoy muchos consideran que de haber seguido, pudo haber ganado ocho campeonatos de la NBA en fila. Los números de su carrera son impresionantes: 32 mil 292 puntos anotados, 6 anillos de campeón de la NBA, 6 veces jugador más valioso de las finales, 14 veces llamado al All-Star y dos medallas de oro en Juegos Olímpicos en Los Ángeles 1984 y en Barcelona 1992.Tuvo un breve paso por el beisbol durante su retiro temporal con los Birmingham Barons, equipo filial en ligas menores de los Chicago White Sox en donde no tuvo mucha fortuna, antes de su regreso a las duelas con los Toros de Chicago. Después de su segundo retiro, Jordan tuvo un segundo regreso con el equipo de Washington Wizards en el 2001, para decir adiós definitivamente al basquetbol el 16 de abril del 2003, en un partido frente a Filadelfia en el que anotó los últimos 16 puntos de su carrera, recibió una estruendosa ovación por parte de los aficionados y dio el paso a la leyenda viviente que es hasta hoy. AZ.